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jueves, 3 de junio de 2010

El lugar común nunca pasará de moda

Probablemente uno de los peores lugares comunes que existen es ése de “que rápido se me está yendo el año” y ni hablar, seré una vil víctima del lugar común al decir que sí, que este 2010 se me está yendo rapidísimo y que tal vez sea uno de los años que más rápido he sentido que pasa en toda mi vida.

El asunto es que antes lo decía con un dejo de amargura… como si me frustrara ver el paso de los días y algo estuviera haciendo falta, algo no terminara de hacer click o algo no me tuviera del todo satisfecho.

Hubo años que fueron maravillosamente excepcionales, y a ésos ni los quiero tocar… pero si de tocar se trata, cuando pienso en 2010 como en un ser vivo lo puedo casi oler, y huele muy bien. Y se toca muy bien (suave, liso, con algunas partes muy húmedas). Y se ve muy bien, incompleto, claro está, porque apenas vamos a la mitad, apenas vamos en junio.

Suede, "She's in fashion"

“Ella” está de moda. Así es. Y más si se lee al revés

¡Tan bueno el mes de junio! Suele tener lluvias, suele tener vacaciones, ahora viene con Mundial y también suele suceder que en él cumplo años. A los 30 sentí vértigo y me entraron las ganas de volver a México. A los 31 el vértigo era mucho menor, el cuerpo y la cabeza estaban un poco más tranquilos y seguía con ganas de seguir en México, pasara lo que pasara. A los 32 estaba como echado en una hamaca, muy mexicana eso sí, pero hamaca al fin y al cabo, y en las hamacas se descansa, pero terminan dándole a uno una hueva tremenda si se descuida. Errare humanum (y frustrante) est.

A los 33… ni puta idea. Por lo menos sé que ya no estoy en una hamaca. Sé que me levanté. No fue fácil espantarse la hueva, incluso bien puede quedar algo de ella por ahí. Estiré las piernas. Estiré el cuello. Estiré mis manos. Tallé mis ojos. Me gustó verme de pie, aunque sigo encorvándome a ratos y ya no importa si de repente me tambaleo.

Sigo viendo a mi alrededor novedades que me fascinan y otras que me aterran. Personas que con un simple gesto se hacen grandes y otras cuya boca las empequeñece como nunca lo imaginaste. Normal, lo cotidiano, nada que no le haya pasado a cualquier sujeto decenas de veces.

Pero eso sí, la encabronada velocidad y los sutiles elementos con los que 2010 me está revolcando y logrando que le dé vuelta a mis prioridades, han constituido una experiencia que se la deseo de todo corazón a todas las personas que más quiero.

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